Clavas: insignia de mando, la cual portaba habitualmente un toqui. Es una especie de martillo que tiene forma de cabeza de un ave y se confeccionaba a partir de una piedra. El toqui era elegido de entre los lonkos para dirigir a las comunidades en caso de calamidad o guerra, donde este obraba de general.
Toquicura: insignia de mando, que habitualmente portaba un toqui. Es una piedra rigurosamente tallada artesanalmente con la forma abstracta semejante a un hacha o larga lengua y un plano vasto y liso, una insignia de virilidad y autoridad del toqui.
En tiempos de conflictos los distintos Lebos o Rewes (conjuntos de Quiñelof) se organizaban en Ayllarewes para hacer frente a enemigos exteriores pero manteniendo su independencia. Dentro del Lebo se constata la existencia de tres cargos políticos, el genvoye (jefe civil), quien se encarga de la resolución de conflictos internos; el toqui (jefe de guerra), encargado de la movilización militar de los guerreros; y el boquivoye (jefe religioso) quien hacía de mediador entre el mundo de los hombres y el espiritual, para así decidir si el lebo debe ir a guerra o no. A pesar de que estos cargos se elegían por sucesión, la actividad bélica abría la posibilidades de que lonkos o guerreros, dependiendo de su rendimiento en batalla, podían alcanzar el grado de toqui, adquiriendo las insignias de mando. Los toquis eran elegidos por los lonkos en base a sus aptitudes guerreras y capacidad de liderazgo, de este modo la elección de un líder guerrero servía como poder cohesionador de varios grupos en torno al Lebo o Rewe para responder a conflictos bélicos.
Boccara (1999), habla de la guerra en la sociedad mapuche como un “hecho social total”, ya que tenía tal grado de internalización, que aspectos como la crianza de niños (crianza tipo espartana) y el deporte (palin como entrenamiento bélico), se cumplían en función de la guerra, además de la existencia de guerreros especializados, los cuales tenían un trato privilegiado en las esferas sociales mapuche.
La guerra también servía como mecanismo para ganar prestigio, tanto entre individuos como entre comunidades, existiendo una competencia por trofeos de guerra (caballos, cabezas de enemigos, cautivos y cautivas). Boccara (1999), escribe acerca de un sistema de intercambio de trofeos entre comunidades, que consistía en que si una comunidad enviaba la cabeza de un enemigo a otra comunidad, esta última tenía la obligación social de responder con un trofeo igual, de este modo la competencia por prestigio entre las comunidades se potenciaba, obligándolas a participar en acciones bélicas. Otra práctica común de los antiguos mapuche era el canibalismo ritual, donde se consumía el corazón de un enemigo, su cráneo era ocupado como recipiente para beber y sus huesos utilizados para construir flautas (pifilkas). La antropofagia mapuche se basa en la creencia que mediante el consumo del cuerpo de un enemigo se podía adoptar sus mejores cualidades. No todos los enemigos eran consumidos, sino solo aquellos que eran considerados grandes guerreros (Boccara, 1999).
Fuentes:
Boccara, G. 1999. Etnogénesis mapuche: resistencia y restructuración entre los indígenas del centro-sur de Chile (siglos XVI-XVIII). Hispanic American Historical Review, 79.3, pp. 425-461.
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